El don infaltable en el cristiano,
es el amor verdadero y un camino.
No pueden estar éstos como olvidos,
en los que en verdad aman a Dios.

Jesús es el ejemplo: nunca pecó,
mucho amó ¡aun hasta en la pena!
Y la piedra del juicio no arrojó,
sino que el perdón dio en plegaria.

¿Su amor buscamos irradiar hoy?
Por qué hay hermanos que provocan heridas,
con críticas que sólo causan daños…
¿Es cuando poco se ama?

Aveces no comprendo…
¿Ya me he puesto a criticar?
Tan sólo somos pequeños…
¿Entonces ahora a justificar?

No, esto no es ser cristiano ni siervo…
¡Es necesario amar!
¡No olvidarse del gran mandamiento!
“¡Adorar a Dios en espíritu y en verdad…!”