Bendito Padre celestial, tú eres el Todopoderoso y tienes autoridad sobre todo lo creado. Tú eres mi Padre. Defiéndeme de todo peligro.
Aleja de mí toda la maldad que me persiga. Arranca de mi cuerpo, mente, alma y espíritu todo mal que pueda estar arraigado en alguna parte de mi ser. Libérame para que mi alma pueda estar en paz y yo pueda transmitir paz a los demás.
Saca de mí las maldiciones, hechizos, magia, mal de ojo, oraciones de maldad, amarres, maleficios, contagios, vicios y toda otra forma de mal.
Aparta de mi toda maldad, envidia, pecado, celos y arrogancia. Límpiame de enfermedades físicas, mentales, morales y espirituales.
Arroja todas las maldades y maleficios al fuego del infierno para que jamás puedan volver ni afectar a nadie.
Deseo y pido en el nombre de Jesucristo que todas las maldiciones, malestares, enfermedades sean retiradas de mí. Que toda entidad del mal en cualquiera de los planos se vaya, se aleje inmediatamente de mí.
Abandonen mi persona, mi casa y todo lo que se relacione conmigo ahora y no regresen. Vuelvan al lugar donde pertenecen y no regresen jamás.
En el nombre de Jesús.
Amén.