Amado Jesús, Señor y Salvador, en tu nombre y con la divinidad de tu sangre majestuosa me cubro de toda persona, acontecimientos o hechos que me puedan herir o dañar.
Me cubro con la sangre de Jesús de toda fuerza maligna que me amenace desde el aire, el agua, la tierra, el fuego, en el subsuelo, en las fuerzas de la naturaleza, en la tierra por donde camino o desde el mismísimo infierno.
Te lo pido mi Señor que envíes tus ángeles protectores a mi casa y a mi empleo.
Señor, cubre con tu sangre preciosa toda puerta, ventanas, artefactos, paredes, columnas, pisos, la comida que voy a ingerir, y el aire que respiro.
Cubre con tu sangre los lugares a los que asistiré el día de hoy, las instituciones a las que hoy entraré, la gente con quién hoy me toparé encontraré.
Con tu sangre Jesús bloqueamos todos los aspectos de nuestra vida, familia, casa, vehículo, casa, trabajo, las carreteras, vías, los aires, las aguas y todo tipo de transporte que utilizaremos.
Con tu divina sangre Señor cubrimos todas las acciones, palabras, mentes y corazones de quienes dirigen los destinos de nuestro país para que la sabiduría, armonía y paz reine en sus corazones.
Te doy las gracias, mi Señor por tu divina sangre y por tu valiosa vida, ya que gracias a ti hemos sido salvados y estamos a cubierto de toda maldad.
Amén.