“Padre, te doy gracias porque me has bendecido con un hogar. Como lo declara tu palabra, mi casa, mi vida, mi hogar y mi familia se edifican con sabiduría divina. Que reinen aquí la prudencia, la justicia, el amor que llenen cada habitación de todo lo valioso y agradable.

Ponemos a Jesús como piedra angular para que la casa se mantenga firme ante cualquier tormenta. Jesús es el Señor sobre todos nosotros. Declaramos que el bienestar y la prosperidad entran en esta casa y permanecen.

Que todo trabajo que tengamos que hacer lo hagamos de corazón como para Ti, Señor, no para los hombres. Que el amor permanezca amándonos y respetándonos los unos a los otros, con el amor que viene de Dios.

Que la paz reine en este hogar, bajo tu protección y cuidado. Que todo visitante que llegue aquí pueda sentir lo bueno que viene de ti. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén”.