Amado Padre, ahora que el día está terminando
te agradecemos por tu protección durante el día
queremos descansar en tus brazos.
No nos abandones durante la noche
porque sin ti los sueños estarían repletos
de atrocidades y perdición,
no habría descanso sino pesadillas.
Señor, acurrúcanos bajo tus alas
como una gallina abraza a sus polluelos.
Duerme a nuestro lado y bendícenos
para que podamos descansar con plenitud
como un bebé con su madre.
Que el día de mañana sea un día más para servirte.
Cerramos los ojos y nos abandonamos en tus brazos
dándote las gracias por tu protección.
¡Buenas noches, Padre amado!
Gloria al Padre, al hijo y al Espíritu Santo.
Amén.