No sé si fue el gesto, la palabra o mirada,
el saludo en su ausencia fallido,
un comentario o mi falta de memoria,
o el sin querer, no haberte oído…

O el sin querer, el no darme cuenta,
de tu preocupación, tu peso,
los errores de mi carácter que moran,
o quizás mi mal consejo…

De la multitud de mis flaquezas:
no sé cual habrá sido,
la causante de que en la morada,
no estés hoy conmigo.

Por no saber si fue un error mío,
de corazón, te pido perdón,
pues aunque deseo ser sin error,
los cometo ante ti y Dios.